Hay muchas cosas que caracterizan un pueblo, hay algunas que fueron tan importantes que aunque ya no están, siguen siendo parte de la comunidad, al menos afectivamente.
Pese a que el Uruguay es pequeño, hace 80 años, no era sencillo comunicar cada departamento con la capital del país o entre sí.
En forma masiva, solo había dos maneras, el tren o una empresa de ómnibus que llegaba a cada rincón del Uruguay, en tiempos donde las rutas y los caminos eran difíciles de transitar.
Origen de ONDA
En 1935 un grupo de empresarios decidió conformar una compañía de ómnibus a modo de cooperativa, la denominaron Organización Nacional de Autobuses, ONDA. De ahí en mas, solo habría un crecimiento que se prolongó por décadas.
La ONDA rápidamente, en el más amplio sentido de la palabra, fue ganando prestigio entre sus pasajeros. Se ampliaron los destinos, abrieron nuevas agencias, aumentó la cantidad de funcionarios en todas las áreas. En la década del 70 ONDA tenía más de 2000 empleados y no había punto del país al que no llegara o pasara muy cerca. Tal fue el crecimiento que el Uruguay le quedó chico a la organización, expandiendo sus recorridos a países limítrofes.
Si bien su origen fue cooperativo, en la década del 40 pasó a ser una sociedad anónima. La demanda hizo que la flota aumentara en cantidad y calidad, pasando de unidades para pocos pasajeros a vehículos que marcaron un antes y un después en la manera que los uruguayos tenían para viajar en ómnibus.
Pero no todo lo que brilla es oro o plata y lo que por fuera parecía inoxidable por dentro, administrativamente no era tan así.
En 1982 la devaluación conocida como el quiebre de la tablita transformaron la deuda de la empresa que había adquirido una cantidad importante de vehículos nuevos en moneda extranjera en el comienzo de una caída sin límites durante dolorosos años, donde el final de onda se veía venir tan rápido y seguro como el servicio que había brindado a millones de uruguayos durante más de 50 años.
Algo que nadie imaginaba tiempo antes, un día pasó, onda cerró sus puertas, miles de funcionarios quedaron sin trabajo, hubo intentos, esfuerzos, amagues de poder seguir, pero nada prosperó, con el cierre no sólo se detuvieron los ómnibus, no sólo dejó de correr el galgo, miles de historias y vivencias diarias instantáneamente se transformaron en un capítulo de la vida social uruguaya de gran parte del siglo XX.
Algunas personas se organizaron para que esa historia no se perdiera, ex funcionarios que dedicaron su tiempo y esfuerzo a mantener vivos esos recuerdos a través de distintas organizaciones.
Viajar en ONDA hoy es un entretenimiento, algo divertido y pintoresco, pero durante más de medio siglo, viajar con la empresa era la forma en la que los uruguayos fueron a estudiar, a trabajar, de vacaciones, y cuanto motivo exista para movilizarse de una ciudad a otra en todo el país, en tiempos donde estos ómnibus eran parte de una gran familia.
Los ómnibus y sus conductores realizaban los recorridos en los tiempos que se hacen incluso hoy en la actualidad. Por ejemplo ir de Maldonado a Montevideo demanda 2 horas, y hace 30 años estos ómnibus de ONDA demoraban lo mismo.
El accidente de 1955
La Organización Nacional de Ómnibus vivió momentos de esplendor y también momentos tan difíciles como irreparables. Como la triste página de la historia que se escribió el 18 de julio de 1955, cuando el 216, centella de plata, fue arrastrado por la corriente en el río Santa Lucía a la altura de San Ramón.
Soldados del Regimiento 4 de Artillería y elementos del Cuerpo de Bomberos tuvieron a su cargo la dolorosa tarea del rescate de los cuerpos, mientras desde las riberas la población acongojada asistía a las últimas escenas del drama que tantas vidas costara y que abriera tan onda herida en nuestro sentimiento.
El 216 integraba una excursión de 7 ómnibus que regresaba de RIvera a Montevideo. Las inundaciones del invierno del 55 hicieron que los ómnibus se desviaran por una ruta alternativa a la original. Al llegar a San Ramón avanzaron hasta el puente en horas de la noche. El primer ómnibus de la caravana cruzó, el segundo quedó enganchado en la baranda toda la noche hasta que la corriente lo arrastró, provocando la muerte de 26 de sus ocupantes. Los pasajeros lograron sobrevivir porque horas antes habían decidido abandonar el ómnibus y lograron llegar a la orilla.
Esa fue considerada la peor tragedia del tránsito en Uruguay.
Fundación de ONDA
La fundación de ONDA está relacionada al club nacional de fútbol, la mayoría de los fundadores eran hinchas de ese club, por eso los colores que adoptó la compañía.
El logo del galgo se eligió porque esos hombres participaban de las carreras de esa raza que se realizaba en el Parque Central, complejo deportivo de nacional. Con respecto a ese símbolo de ONDA, hay una historia tan uruguaya como la empresa misma.
Tiempo después que la marca estaba posicionada, una importante empresa de Estados Unidos, demandó a la firma uruguaya por usar el mismo animal que ellos, a lo que los abogados compatriotas de la época alegaron que el logo no era igual porque el galgo de ONDA es macho y el otro, según el dibujo, hembra. Y así lo diferenciaron desde los demandantes, ganando el juicio.